Malos hábitos que desgastan el embrague

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Malos hábitos que desgastan el embrague

En algunas ocasiones, no se trata tanto de los kilómetros soportados por el motor, sino por malos hábitos que vamos adquiriendo con la conducción.

¿Cuántas veces has pisado el embrague cuando estás parado en un semáforo? ¿O has apretado y movido la palanca a modo de juego? ¿Recuerdas ese momento en el que yendo cuesta abajo has dejado el coche en punto muerto para no consumir combustible?

Hoy vamos a repasar todos esos malos hábitos que deterioran nuestro vehículo hasta obligarnos a pasar por el taller mecánico.

HÁBITOS QUE GENERAN DESGASTE DEL EMBRAGUE

- Apoyar el pie en el pedal: todos los coches cuentan con un espacio situado a la izquierda de los pedales diseñado precisamente para apoyar el pie cuando se está circulando. Sin embargo, muchos conductores mantienen el pie en el pedal. Esto genera fricciones que terminan por provocar desgaste en el embrague antes de tiempo

- No pisar a fondo: cuando cambias de marcha debes pisar bien a fondo o, de lo contrario, estarás reduciendo el ciclo vital del embrague. Es un error muy habitual en conductores noveles y que, llevado al extremo, se extiende durante años.

- Apoyar la mano en la palanca de cambio: muchas personas tienen el mal hábito de apoyar su mano sobre la palanca de cambios. Cuando hacemos esto, bien en autopista o en los semáforos, el sincronizador se mantiene activado y el embrague sufre. Es el motivo por el que algunos vehículos rascan al mover la palanca o notamos cómo cada vez el cambio de marchas está más duro o presenta más resistencia. 

- Soltar muy rápido el pedal: hacer esto lleva a que se produzcan fricciones que terminan por estropear el embrague. El pedal no se debe soltar con rapidez, así como tampoco fuera de tiempo. Solo hemos de pisar fuerte cuando movemos la palanca de cambios.

- No saber si el vehículo incorpora Start/stop: este mecanismo ayuda a mantener la vida útil de los coches. Cuando paramos en un stop o en un semáforo el coche se detiene por sí solo, el pedal sufrirá menos estrés y habrá menos desgaste de muelles y cableado.

- No prestar atención al punto de embrague: hay determinados momentos en el que el control del embrague se complica. Es el caso de cuestas o aparcamientos que no son en llano, donde debemos estar más atentos y soltar el pie despacio.

Además de estos malos hábitos, algunos conductores incurren en otras prácticas que hacen que el coche termine en el taller por avería.

Además de seguir estos consejos, acuérdate de realizar siempre las revisiones oficiales a tiempo. Piensa que acudir a nuestro taller garantiza que un profesional revise los aspectos más importantes del motor y elementos susceptibles de necesitar atención. Confía en un experto y pide presupuesto.

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